La Huella Turística es el impacto que el modo en que viajamos genera sobre el entorno que nos recibe. INICIATIVA IMAGINE alienta a los viajeros a pensar que la actividad turística no es ajena al deterioro ambiental que se está dando a nivel nacional y global. Por más placentero que resulte planificar y emprender un viaje, nuestra forma de hacer turismo afectará, en mayor o menor medida, la comunidad local y los recursos culturales y naturales de la zona de destino.
¿De qué tamaño es tu Huella Turística?
Podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo, y esto no es una utopía. Realmente es posible generar ese CAMBIO que deseamos. INICIATIVA IMAGINE apunta a que como viajeros empecemos a ver al turismo sustentable como un modelo diferente a la hora de iniciar cualquier viaje.
Recomendaciones
Mediante INICIATIVA IMAGINE proponemos aplicar acciones concretas pensadas para reflexionar y reducir el tamaño de la HUELLA que como viajeros dejamos a nuestro paso:
Incluir los alojamientos amigables con el medio ambiente a la lista de hospedajes de nuestra estadía. Algunos ya cuentan con separación de residuos, reutilizan las aguas grises (aguas que provienen de lavatorios, duchas), utilizan productos biodegradables o cuentan con huerta orgánica.
Optar por recorridos a pie o en bicicleta siempre que sea posible. De esta manera se reduce a cero la contaminación que produce nuestro paseo o traslado, y se aprecia la ciudad desde un lugar más personal generando un contacto íntimo entre el viajero y la inmensidad que lo recibe.
Recurrir a traslados en buses o líneas regulares. Las grandes distancias muchas veces no son accesibles a pie, por lo que debemos trasladarnos con otros medios de transporte. Viajar en bus o en trasporte público implica que varias personas se trasladen al mismo tiempo, por lo que el impacto ambiental es menor al generado si cada una de ellas lo hace de forma aislada.
Recorrer las áreas protegidas y los parques nacionales sólo por las sendas señaladas, respetando siempre los caminos restringidos. Es por alguna razón que nuestro paso no se permite allí. Los senderos suelen estar en recuperación, los sectores suelen estar protegidos; puede existir peligro de derrumbe o simplemente se restringe el paso para que el viajero no se desvíe del sendero, se desoriente y no encuentre el camino de vuelta.
Respetar a la fauna natural. Implica que al ver algún ejemplar, no lo alimentemos, no alteremos su paso, no lo corramos, no gritemos al transitar el camino. Somos nosotros como viajeros quienes incurrimos en su hábitat natural y no la fauna quien se entrepone en nuestro camino.
Adquirir productos artesanales elaborados por la comunidad local. Los souvenirs o productos a la venta en locales comerciales pueden resultar más atractivos o pueden estar disponibles en mayor variedad que los productos exhibidos en ferias artesanales. Sin embargo, adquirir productos artesanales elaborados por la comunidad local no sólo contribuye a la microeconomía del lugar sino que ningún producto será igual a otro. En cada uno se ven la mano de obra, la originalidad y el talento personal de quien lo elabora. Ese, viajeros, es el valor agregado "que el dinero no puede comprar".
Incorporar los paseos y las visitas culturales a nuestro itinerario. Cada cuidad que nos recibe tiene su encanto, su identidad y su historia particular que se ven reflejadas en los sitios culturales que posee y da a conocer. Descubrir el lugar al que viajamos es empaparse de una realidad que no se replicará, es aceptar modos de vida diferentes y abrirse a las historias que la comunidad local tiene para contar.
¡Que tu paso NO DEJE HUELLA en el camino recorrido!