En esta sección hacemos un lugar especial a las GENIALES PERSONAS SUELTAS que conocemos al andar nuestra Argentina. Son personas que, estamos seguros, no encontramos porque si. Haberlas conocido enriquece nuestro viaje y transforma nuestra existencia; de cada uno de ellos aprendemos algo de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Encontrar a GENIALES PERSONAS SUELTAS hace que viajar sea una experiencia de vida inigualable, y que con el tiempo tiente a pensarse como una filosofía de vida, una forma de aprender y de aportar al mundo mientras se lo transita. Esperamos conocer a muchas más de ellas para seguir creciendo, seguir imaginando… seguir viajando.
Nikolai

Nikolai es ucraniano, y lo conocimos en Río Grande, en la Misión Salesiana. Hace quince años que Nikolai vive en nuestro país, aún extraña su país y reniega de lo malo de los argentinos. NIkolai vive en una de las casas en la Misión Salesiana, donde trabaja como sereno. Lo conocimos la primera noche que nos alojamos allí. Resultó ser un consejero impulsado por la sabiduría de la experiencia, y una persona muy particular con quien logramos llevarnos muy bien; nosotros fuimos una gran compañía para él durante nuestra estadía en el lugar. La mañana anterior a nuestra partida, nos enseñó unas palabras en ruso y nos prestó su diccionario español-ruso, ¡que al despedirnos nos terminó regalando! ¡Nos saludábamos y despedíamos en ruso los días posteriores! A decir verdad, en nuestra mochila ya no hay lugar para nada más, pero aceptamos el libro como prueba de haberlo conocido y de haber recibido algunas de sus enseñanzas. Esa misma tarde, como todas las tardes y como parte de su trabajo, Nikolai hizo un recorrido en la camioneta por los campos de la escuela agrotécnica; así que nos llevó para conocer las extensiones del predio que pertenecen a la escuela. ¡Un personaje el señor Nikolai! Haberlo conocido nos acercó a la experiencia de “convivir” con una persona cuyo país de origen no es el nuestro; nos demostró que si bien suele catalogarse a los rusos como personas frías y duras, son capaces de considerar a las personas que conocen como parte de su familia. ¡Realmente sentimos que en esos días fuimos como de su familia! Aprendimos una vez más que la naturaleza del ser humano es bondadosa y que no puede concebirse en soledad; necesitamos compartir nuestra simpleza con el otro para alcanzar la grandeza. ¡Qué lindo es que como viajeros hayamos conocido a Nikolai!
Gotou Masayuki

Gotou Masayuki es japonés, y pasó los últimos cinco años viajando por el mundo. Lo conocimos en Río Grande, en Bed & Breakfast Ruta 40, donde paró unos días para luego seguir su viaje. Viaja por los cinco continentes sólo, a bordo de su motocicleta. Lleva recorridos 192.000 kilómetros, con los que llegó a conquistar 90 países. Está en nuestro continente, y su último destino es Alaska. Podés seguir su tour por el globo en su blog; está en japonés, pero podrás saber por dónde va o ver alguna de sus fotos. ¡Hablamos mucho inglés con Masa y gracias a nosotros probó nuestro preciado mate! Haber conocido a Masa trasciende las barreras del idioma, y afirma que el mundo no es tan grande como parece; las ganas de conocer lo que hay más allá del camino ya recorrido hacen que quien realmente lo quiera, y se lo proponga, llegue donde sea. Have a good ride Masa and congratulations for making this world-tour true!
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Roger y Julia

Roger y Julia son ciclistas suizos que también conocimos en Río Grande, en Bed & Breakfast Ruta 40. Llegaron poco después que nosotros al B&B, y pararon en Río Grande por unos días por el tremendo viento que frenaba su marcha por la Patagonia. Viajan por nuestro continente llevando la bandera de “World Vision”, una organización internacional que trabaja para hacer frente a la pobreza y la injusticia. Después de la cena que disfrutamos en el B&B, aportamos a su travesía al enseñarles algunas frases y palabras en español que les serían útiles para poder comunicarse y contar sobre lo que hacen. Haber conocido a Roger y a Julia nos hace recordar que la fuerza que impulsa al cuerpo a andar o pedalear no es más que la propia voluntad, las ganas de aportar lo bueno de sí para mejorar una realidad, sin importar desde o hacia dónde se vaya, o el idioma que se domine. Have a good ride Roger and Julia and may the power of your determination always be with you!
http://www.weiterfahren.blogspot.com
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La Vida de Viaje

La Vida de Viaje son una joven pareja de ciclistas argentinos que conocimos en Río Gallegos, en Hostería Terravento. Llegaron apenas unas horas después que nosotros a la hostería y, luego de varios días de andar, tomaron algunos para detener la marcha, trabajar en su proyecto y reponerse para continuar. El viento patagónico no perdona, y también obligó a estos ciclistas apasionados a detenerse por unos días. Andrés y Julieta andan la Ruta 40, escriben sobre su travesía y fotografían los escenarios que los reciben. Se propusieron hacer llegar libros y bicicletas a las escuelas rurales que encuentran a su paso por la 40, y eso es lo que los moviliza a confiar y a pedalear el país (quien quiera darles una mano visiten la página que dejamos abajo). Haber conocido a Andrés y a Julieta nos motiva a ir por más, a seguir creyendo en la idea que llevamos, a hacerla propia y a trabajar para potenciarla ¡Buena Vida de Viaje, éxitos y arriba los pedales!
http://lavidadeviaje.com
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Familia Picatto-Dellapé

La Familia Picatto-Dellapé es de La Plata y tomaron sus vacaciones por el sur a bordo de su auto familiar, en el que Flavio y Mariana viajan junto a sus tres niñas. No eligieron una ciudad patagónica como único destino, sino que dedicaron un mes para disfrutar y conocer varías provincias en familia. Nos conocimos en el Parque Nacional Monte León, en el camping Kimiri, donde pasamos unos días para conocer más de cerca el patrimonio que allí se conserva. Al ver nuestras banderas, aseguraron habernos visto en El Chaltén; ¡de hecho El Chaltén fue nuestra escala anterior! Fue maravilloso que hayamos coincidido los destinos, que nos hayan visto y reconocido, y que se hayan mostrado contentos por eso; en realidad no es más que reconocer y aceptar el impacto mismo que genera emprender esta aventura y llevar una idea, resumidas ellas en un tramo de tela que nos identifica y nos hace parte. Compartimos una linda charla y hasta tomamos unas fotos. Haberlos conocido nos enseña que andar nuestro país en familia haciendo vida de camping en destinos poco difundidos es posible, se disfruta y fortalece el vínculo familiar; todo esto inmersos en escenarios naturales que merecen ser vividos.
Alejando Caparrós
Alejando Caparrós es agente de conservación en el Chaltén, una ciudad joven enclavada en el norte del Parque Nacional Los Glaciares. “Capa” fue el guardaparque que recibió a los pasajeros de habla hispana de nuestro ómnibus una vez llegados al Chaltén. La ciudad está inserta en el Parque, de hecho al caminar los senderos de El Chaltén se camina el Parque Nacional. Es por eso que al llegar a la ciudad, y no pasar por la Administración del Parque es como entrar a una casa ajena sin permiso… Y “Capa” fue quien nos dio la bienvenida, junto a los demás pasajeros, y explicó cómo debe comportarse el viajero que llega a la ciudad. Su humor irónico, y su discurso claro y directo hicieron que nos identifiquemos con su mensaje desde el primer momento; de modo que sólo quedaba saber más sobre él y contarle sobre nuestra iniciativa. Fuimos en dos oportunidades a la Administración para encontrarlo, pero no estaba.
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La última tarde antes de dejar la ciudad, volvimos a insistir, y finalmente logramos encontrarlo. Fue muy grato haber podido concretar una charla antes de seguir viaje. Nos contó sobre su trabajo, sobre la ciudad y su visión más a fondo sobre turismo sustentable, urbanización, desarrollo y conservación. Haber conocido a “Capa” nos deja una imagen de El Chaltén como el ejemplo vivo de que toda comunidad puede adoptar los parámetros de conservación de un Parque Nacional para preservar sus recursos, garantizar desarrollo genuino y mejorar el modo de vida de sus habitantes. Por otro lado, su modo de educar sobre el valor de los recursos afirma nuestra idea de que los niños son agentes multiplicadores a la hora de generar conciencia. ¡Un gran conservacionista el “Capa, a quien finalmente pudimos conocer!
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James Lewis

James Lewis es malvinense, y vive en nuestro país desde niño. Vive en Puerto Santa Cruz, ciudad de la Ruta Azul donde nos detuvimos por unos días. Su abuelo, Frank Lewis, fue uno de los pioneros en Puerto Santa Cruz; de hecho, si viajás a la ciudad y la recorrés, verás que una de las calles lleva su nombre. En cuanto a James, vimos que su nombre aparece en varios folletos de servicios turísticos de la ciudad, lo que terminó por causarnos curiosidad por saber de él; pero a la vez no esperábamos conocerlo de una manera tan especial. Al visitar el Museo “Casa de los Pioneros”, una de las primeras casas construidas a orillas de la costanera, supimos que el tocadiscos que está exhibido pertenece a James y que, de conservarlo en su estancia, decidió donarlo al museo para que los visitantes lo vean y aún puedan disfrutar de su música. Juan Carlos, quien nos recibió y guió en el museo, fue quien nos alentó para conocer a James. Y así fue, James nos recibió en su casa, le comentamos nuestra iniciativa y nuestro interés en tomar al viaje como una oportunidad para acercarnos a los habitantes de las ciudades donde nos detenemos, para escuchar sus historias y sentirnos parte de la cultura y la identidad del lugar que nos recibe. Compartimos una charla muy agradable en la que nos contó sobre él, su pasión por la vida en el campo, y su visión sobre nuestro país en general. Entre tantas certezas, destacó la importancia de planificar la economía y la urbanización en coherencia con estrategias de conservación y cuidado ambiental a largo plazo. Antes de seguir viaje, nos despedimos de James y hasta firmó nuestro cuaderno de viaje. Compartimos un último café en la terminal de ómnibus y nos acompañó hasta que nuestro ómnibus partió de la ciudad. Haber conocido a James nos deja la sensación que dejan esas experiencias que se viven sin esperar; se dan solas. Como viajeros, esta experiencia nos recuerda la importancia de conocer las ciudades a través de sus habitantes, que en definitiva son la esencia viva de la cultura, la historia y la riqueza intangible de un lugar en el que estamos de paso. Es una forma de reflexionar que todas las ciudades tienen su encanto, no sólo las que la industria del turismo insiste en difundir cada año. James agradeció nuestro encuentro, al igual que nosotros, y valoró que como jóvenes elijamos conocer nuestro país de la manera en que lo hacemos. ¡Es un gran hombre James! ¡Qué bueno fue haberlo conocido!
Youenn

Youenn es francés, vive en Venezuela, y hace más de un año viaja por nuestro continente, solo y con Cinthya, su compañera de viaje, a bordo del Yellow Submarine, una Combi Volkswagen amarilla que lo acompaña en su Gira Suramerica VW con una gran sonrisa. En su viaje, recolectan juguetes, ropa, golosinas y, principalmente libros, intercambiando sonrisas con niños que encuentran en los caminos de Suramérica. Conocimos a Youenn en Perito Moreno, en el Festival Cuevas de Las Manos, una fiesta local que se realiza año a año en el lugar. La combi capta la atención de quien la ve, y refleja la experiencia de aventura que viven quienes viajan en ella. De cerca, los calcos, postales, artesanías y carteles pegados escritos a mano retienen la atención. Los carteles escritos cuentan parte del viaje y las postales son fotografías impresas que toman a su paso y exponen para vender, al igual que las artesanías.
Nos cercamos, compramos una postal, preguntamos a Youenn más detalles sobre la Gira y hasta colaboramos con un juguete para su “Misión Sonrisa”!! No teníamos acceso a ningún libro para colaborar, pero sí compramos un pequeño juguete en el festival para participar de su misión viajera. Su próxima estación es Esperanza; si querés saber más sobre su viaje, podés seguirlos en Facebook, también te proponemos ver esta nota que les hizo un diario peruano el año pasado. Podés donar en su cuenta bancaria para ayudarlos a seguir su recorrido, o colaborar con su viaje y su colecta si ves al Yellow Submarine en algún lugar de SurAmérica.
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Haber conocido a Youenn nos recuerda lo importante que es viajar llevando una razón para continuar, compartir la aventura para disfrutar con otros la alegría de estar recorriendo el camino, y ver en los niños de América una generación que necesita más sonrisas para creer, más motivos para soñar, más amor para vivir. Después de todo los viajeros somos como niños alegres disfrutando la libertad de descubrir, creyendo que es aquí donde debemos estar, soñando una realidad diferente y viviendo este viaje como una aventura en la que buscamos cambiar al menos un poquito lo que nos rodea, por más pequeña que parezca ser una acción.
Buena Gira Youenn, que el Yellow Submarine siga contagiando alegría y recibiendo sonrisas de más niños de Suramérica!!
https://www.facebook.com/pages/Gira-Suramerica-WV-Combi/203270489738922
Buena Gira Youenn, que el Yellow Submarine siga contagiando alegría y recibiendo sonrisas de más niños de Suramérica!!
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Stanley

Stanley es escocés, y vive en Canadá. Ahorra el dinero de su jubilación y sale solo en su moto a rodar por el mundo cada vez que puede. Nos alojamos en el mismo hotel en Comodoro Rivadavia y nos conocimos en una situación no tan placentera para él. Era sábado por la mañana, estábamos desayunando cuando se nos acercó y nos preguntó si hablábamos inglés y si podíamos ayudarlo; Stanley no maneja español y los encargados que estaban en ese momento en el hotel no manejan inglés. Nos contó que media hora antes alguien se acercó a su habitación preguntando por un cargador para celular. Stanley le prestó el suyo y, distraído, salió a la vereda para preparar la moto para seguir viaje al estar listo, dejando abierta la puerta de su habitación. Cuando volvió a su habitación se dio cuenta de que el muchacho, alojado en el hotel desde la noche anterior, le había robado algunas de sus pertenencias. Nervioso por la situación y por no poder comunicarse, nos contó detalles de lo sucedido, información que debimos comunicar en detalles también a los encargados del hotel. Reunió la documentación necesaria y lo acompañamos a la comisaría a hacer la denuncia. Allí dijimos que acompañábamos al extranjero a hacer una denuncia de robo para asistirlo con el idioma. Llegados de vuelta al hotel, nos invitó a almorzar para devolvernos el buen gesto que tuvimos. Compartimos un buen momento, combinando rica comida con una linda charla sobre su vida y sus viajes. Nos contó también de un accidente que tuvo en Canadá meses antes de este viaje y de sus ganas de seguir “en la ruta”.
Ya había pasado medio día, a medida que pasaban las horas su partida se seguía retrasando y nada de lo que pudiera hacer en ese momento ayudaría demasiado, por lo que le aconsejamos partir, y no perder más tiempo buscando solucionar lo que no podría. Dejamos un mensaje escrito en su moto, como otras personas ya habían hecho, le escribimos una nota que dijo leería cuando llegue a destino, tomamos una foto y lo acompañamos hasta que finalmente partió a Buenos Aires para finalizar su viaje, con escala en San Antonio Oeste. Haber conocido a Stanley nos hace caer en la cuenta de las situaciones a las que nos exponemos al viajar, pero más aún nos recuerda que es la convicción de conocer más allá del camino conocido lo que motiva a nuevos intentos, a no dejarse arrasar por las dificultades del camino y a seguir andando. Nos hace ver que no hay edad para concretar los sueños del alma y mucho menos cuando se trata de viajar y “seguir en camino”. Nos recuerda también el valor de los gestos nobles aún cuando las malas intenciones parecen apoderarse de las acciones humanas; después de todo somos todos seres humanos que poco seríamos sin las buenas acciones de los demás en el momento en que las necesitamos.
Jenny y Stephan

Jenny y Stephan son alemanes y hace un año que viajan, ¡pero por el mundo! Recibieron el año viajando, y visitaron entre tantos lugares, Canadá, Estados Unidos, República Dominicana, Uruguay, Paraguay y Brasil. En nuestro país, anduvieron por Misiones, Córdoba, Buenos Aires, El Calafate, El Chaltén… Nos conocimos en Esquel, en el Hostel Casa del Pueblo, al que llegaron un día después que nosotros. No llegaron sólo para disfrutar, sino como voluntarios para trabajar en el hostel por tres semanas a cambio de alojamiento. Son muy divertidos y realmente fue increíble haber compartido parte de nuestro viaje con ellos. ¡Organizamos comidas en el hostel junto a Nico, Hernán, y Emiliano – argentinos con quienes también compartimos el camino –también tomamos cerveza, hablamos español y nos divertimos mucho! Fuimos y volvimos al hostel en tres oportunidades, y Jenny y Stephan siempre ahí, para recibirnos con sonrisas sinceras y ganas de compartir lo que cada uno había hecho en esos días. Cuando volvimos al hostel por última vez por dos noches nada más, después de una semana de estar en El Bolsón, Stephan había mejorado mucho su español y estaba a cargo de la recepción durante el día. ¡Qué alegría fue volver a verlos! Ya sabíamos que Bariloche era nuestra próxima escala, solo que ellos llegarían un día después que nosotros. Ese mismo día antes de abandonar definitivamente La Casa del Pueblo, compartimos un almuerzo también con Gaby, otro voluntario canadiense, y Naty, la encargada del hostel. Ninguno de nosotros sabía bien el lugar que íbamos a elegir para alojarnos en Bariloche, por lo que nos despedimos como si esta ciudad rionegrina no nos fuera a volver a juntar.
Y sí, ¡el viento patagónico volvió a juntarnos una vez más! Nos encontramos caminando en las calles del centro, disfrutando del sol de otoño que todavía entibiaba la ciudad. ¡Son increíbles estos muchachos, habían estado en varios hostels de Bariloche preguntando si había dos chicos llamados “Cristian” y “Noelia” que estuvieran o hayan estado alojados! ¡Qué lindo fue volvernos a ver, y de este modo tan gracioso! Tenían una tarjeta que les habían dado en el hostel donde estaban alojados para descuentos en productos o comercios de la ciudad, entre ellos un bar céntrico donde iban a ir a tomar unas cervezas esa misma noche, ¡así que nos invitaron! ¡Esa misma tarde acordamos reunirnos por la noche en el bar y seguir sellando nuestros encuentros con buena cerveza y mucha buena onda! Para seguir extendiendo el encuentro, los acompañamos al hostel donde se alojaban; todo estaba cerca: el bar, el hostel donde ellos se alojaban, y el que nosotros habíamos elegido para alojarnos unos días. Después de esa noche no nos volvimos a ver, ellos seguirían viaje en unos días para visitar más ciudades de nuestro continente. Antes de estar de vuelta en Alemania en junio, que es cuando Stephan retoma su trabajo en su país, irían a Santiago de Chile, Mendoza y también Cuba. Haberlos conocido aviva nuestras ganas de viajar compartiendo el camino con buena compañía, buena onda y buenos momentos que no sólo se ven en las fotos!! Qué rico es nuestro viaje, Jenny y Stephan, con locos lindos como ustedes!
William y Frances

William y Frances son hermanos, irlandeses ellos. Los conocimos en Bariloche, y compartimos con ellos la habitación del hostel donde nos alojamos las primeras tres noches en la ciudad. Frances lleva unos meses viajando por nuestro continente y William, su hermano, viajó de Irlanda a Buenos Aires, donde se encontraron para compartir parte del viaje juntos. Pasaron por El Calafate, pasarían unos días en Bariloche, después irían a El Bolsón. Frances seguirá su viaje sola como al principio, recorriendo después Nueva Zelanda, Asia y otros lugares por otros continentes. Cuando nos fuimos del hostel, se estaban preparando para un paseo juntos en el auto que habían alquilado. Muy contentos de disfrutar de su viaje por nuestra Argentina, especialmente William que pronto vuelve a Irlanda con una entrevista de trabajo esperándolo. Fue muy divertido haberlos conocido y haber pasado unos días con ellos. William se mostró muy impresionado cuando le contamos de nuestro viaje, nuestra iniciativa y nuestra campaña, hasta colaboró con unas tapitas!! Se rió cuando le dijimos que era el primer irlandés en colaborar con nuestra campaña. That’s why I like you guys!, nos decía cada vez que cantábamos algo que le gustaba de nuestro viaje, o de nosotros. Haberlos conocido nos recuerda que viajar, sin importar adónde o por cuánto tiempo, es una experiencia maravillosa que se disfruta mucho más cuando se comparte con otros, cuando sumamos nuevas personas a nuestra estructura de pensamiento, cuando no tememos a mostrarnos tal cual somos, cuando es esa autenticidad la que nos acerca a tantas personas y vivencias compartidas sin las que nuestro viaje sería sólo un viaje de a dos. Nos damos cuenta de que lo más importante del camino es justamente eso, ser uno mismo; de eso surge algo grandioso: que personas desconocidas descubran entre sí, en muy poco tiempo, lo que las hace auténticas de verdad, capaces de generar un vínculo que, sin importar cuánto perdure en el tiempo, trascienda las barreras de un idioma, desdibuje las diferencias entre culturas y anule los prejuicios que tanto nos apartan de la esencia real de las personas. ¡Qué lindo y divertido fue haberlos conocido! ¡Buen viaje!
Familia Checa

Clara y Luca son de República Checa, y viajan con sus tres niños – Timón, Rebeca y Fiorentina – por nuestro continente desde noviembre del año pasado. Los conocimos en Junín de los Andes, en el Hogar Ceferino Namuncurá, donde vivieron cerca de un mes. Viajan en un vehículo Ford viejo que compraron en Perú, y que ya les ha traído más de un problema. Se les rompió en Junín de los Andes y tuvieron que arreglarlo; sin mencionar que cinco fueron las veces que les robaron en este viaje por Latinoamérica, algunas de las veces – según nos contaban – por descuidos y otras porque la camioneta no siempre garantiza la seguridad que una familia viajera necesita. En Bariloche fue la última vez donde amigos de lo ajeno sorprendieron a esta familia; esta vez perdieron, entre otras pertenencias, sus Visas e identificaciones – parte fundamental del equipaje de cualquier viajero, en especial extranjero. Lo que compartimos con ellos fue casi una convivencia: estuvimos alojados en el mismo lugar – solo que ellos llegaron unas semanas antes que nosotros y estaban alojados en otra de las alas del edificio – y compartimos almuerzos, meriendas y cenas en los horarios establecidos en el Hogar. Clara y Luca son instructores de esquí, por lo que sus habilidades se convirtieron en una forma de ingreso mientras esperaban la nueva documentación. El invierno suele jugar malas pasadas por la necesidad de comida más abundante y abrigo; sin embargo, la temporada de esquí en estas latitudes se les presentó como una oportunidad para compensar el sabor amargo. Viajaban los fines de semana al Cerro Chapelco, que es el centro de esquí más cercano a Junín de los Andes; los niños contentísimos de ver nieve como en su país. Uno de los días de un fin de semana nos invitaron a Chapelco para compartir el gasto de su traslado – habíamos conocido Chapelco, pero sin nieve, y antes de la temporada de esquí – así que aceptamos. Era un día de lluvia en Junín de los Andes, y en el cerro nevó bastante a la tarde. No estábamos muy bien equipados para una tarde a pura nieve; tampoco iríamos a esquiar, solo era compartir el viaje y esperar en la base del cerro hasta la hora en que cierran los medios de elevación, pero decidimos ir igual. Y seguimos compartiendo con ellos; Junín de los Andes es una localidad pequeña donde como viajeros – tanto ellos como nosotros – supimos encontrar un lugar para enriquecernos junto a otros.
Participamos juntos del desfile del Acto de 9 de julio acompañando a la Escuela de Montaña Juan Miguel Negrete: ellos desfilando con los instructores y los niños de la escuela, y nosotros llevando junto a más personas la bandera argentina. Y seguimos compartiendo junto a esta familia viajera, ¡participando del inicio de la temporada de esquí de la Escuela de Montaña Juan Miguel Negrete en el Área Tromen, en la base del volcán Lanín!
Participamos juntos del desfile del Acto de 9 de julio acompañando a la Escuela de Montaña Juan Miguel Negrete: ellos desfilando con los instructores y los niños de la escuela, y nosotros llevando junto a más personas la bandera argentina. Y seguimos compartiendo junto a esta familia viajera, ¡participando del inicio de la temporada de esquí de la Escuela de Montaña Juan Miguel Negrete en el Área Tromen, en la base del volcán Lanín!
Ya no se alojan en el Hogar Ceferino Namuncurá, y la documentación que esperaban ya les llegó. No sabemos si continuaron viaje o si siguen en estas latitudes, solo esperamos que el viaje que decidieron hacer en familia no deje de acercarlos a buenas personas; no deje de acercarlos a oportunidades con las que puedan convertir una necesidad en un momento familiar compartido junto a otros, una necesidad satisfecha por la capacidad humana de superación.
Haber conocido a esta familia nos obliga a tener presentes los riesgos a los que nos exponemos cuando viajamos, en especial cuando es por largo tiempo o cuando se plantea como una forma de vida. Nos enfrenta a las necesidades que surgen comúnmente cuando en el viaje no todo es como se planeó, y alivia nuestras almas inquietas que van en camino hacia lo que buscamos, al mismo tiempo desconociendo lo que encontraremos. El giro no planificado del viaje y la necesidad de un lugar cálido es lo que compartimos, lo que nos llevó al mismo lugar, y lo que nos acercó el tiempo que pasamos. Agradecemos haber conocido a esta familia viajera para recordar que siempre que estemos pasando una necesidad, también habrá otros que quizá estén en situaciones de mayor necesidad; para tener presente que toda necesidad es una oportunidad para transformarse, descubrirse, superarse, fortalecerse y seguir en camino.
Haber conocido a esta familia nos obliga a tener presentes los riesgos a los que nos exponemos cuando viajamos, en especial cuando es por largo tiempo o cuando se plantea como una forma de vida. Nos enfrenta a las necesidades que surgen comúnmente cuando en el viaje no todo es como se planeó, y alivia nuestras almas inquietas que van en camino hacia lo que buscamos, al mismo tiempo desconociendo lo que encontraremos. El giro no planificado del viaje y la necesidad de un lugar cálido es lo que compartimos, lo que nos llevó al mismo lugar, y lo que nos acercó el tiempo que pasamos. Agradecemos haber conocido a esta familia viajera para recordar que siempre que estemos pasando una necesidad, también habrá otros que quizá estén en situaciones de mayor necesidad; para tener presente que toda necesidad es una oportunidad para transformarse, descubrirse, superarse, fortalecerse y seguir en camino.
Rose

Rose es de Bristol, Inglaterra. Viaja sola por nuestro continente hace unos nueve meses: decidió cambiar la lluvia y el frío de Inglaterra en diciembre por un mes de sol y playa en Ecuador, hacia donde viajó con un amigo. Maneja buen español, para lo que no necesitó tomar clases sino que aprendió en Perú trabajando durante siete meses como responsable de campañas de salud en escuelas – un trabajo relacionado con la formación universitaria que inició en Europa. En Perú visitó Ollantaytambo y otros pueblos ubicados en el Valle Sagrado de los Incas, donde trabajó en seis comunidades aborígenes capacitando a promotores de salud sobre temas básicos de salud.
En su recorrido por Sudamérica también visitó Bolivia; las cinco semanas que pasó en la tierra del altiplano fueron suficientes para que – al momento de recrear su viaje – lo describa como un país increíble y muy diverso, en el que la gente es amigable y viajar muy accesible. También pasó por nuestro país, y por nuestra Patagonia; estuvo dos noches en Buenos Aires, desde donde partió con destino a Esquel – donde nos conocimos. Su traslado de Esquel a Buenos Aires transcurrió durante un día entero de viaje en el que, recién llegada a Argentina después de viajar por Bolivia, el colectivo en el que viajó le pareció de lo más lujoso. Para Rose viajar por Argentina es como no haber salido de Europa: ve a Argentina parecida a otros países del viejo continente y todo aquí le parece más fácil que en otros países sudamericanos.
En su recorrido por Sudamérica también visitó Bolivia; las cinco semanas que pasó en la tierra del altiplano fueron suficientes para que – al momento de recrear su viaje – lo describa como un país increíble y muy diverso, en el que la gente es amigable y viajar muy accesible. También pasó por nuestro país, y por nuestra Patagonia; estuvo dos noches en Buenos Aires, desde donde partió con destino a Esquel – donde nos conocimos. Su traslado de Esquel a Buenos Aires transcurrió durante un día entero de viaje en el que, recién llegada a Argentina después de viajar por Bolivia, el colectivo en el que viajó le pareció de lo más lujoso. Para Rose viajar por Argentina es como no haber salido de Europa: ve a Argentina parecida a otros países del viejo continente y todo aquí le parece más fácil que en otros países sudamericanos.
Rose aún no decidió cómo continuará su viaje en América Latina o cuánto tiempo más seguirá viajando, quizá elija otros países de nuestro continente para seguir conociendo y también trabajando. De lo que sí está segura es que extenderá su estadía en Esquel hasta mediados de octubre, que es cuando cierra la temporada de esquí en el CAM La Hoya este año; además de querer quedarse en Patagonia un tiempo más para ver y disfrutar del cambio de estación en estas latitudes. Es verdad, Patagonia en primavera es de lo más hermoso; y se disfruta mucho más siendo la estación del año en la que el frío y la nieve del invierno se transforman en tibieza y color.
Haber conocido a Rose hace más rico nuestro viaje por nuestro país: habla nuestro idioma sin haber asistido a una sola clase – lo que demuestra el poder humano de aprendizaje y superación, y lo necesario que es hablar el idioma del país que nos recibe, en especial en países o regiones donde su gente se resiste culturalmente a hablar un idioma extranjero; por lo que aprender el idioma se transforma en el único medio para la comunicación. Rose es especial: sabe reírse de sí misma y se muestra siempre distendida; algo que demuestra tan naturalmente que también da cuenta de su autenticidad y sus ganas de disfrutar del viaje sin la distracción de sus propias limitaciones – y que quien ve tan abiertamente, dignamente tratará de imitar e incorporar a su manera para su bien. Contar con la profesión como parte de esa riqueza personal que no se ve – y un elemento de viaje tan valioso para quien todo lo apostó – es lo que compartimos; un bien que anima a desafiar los límites de lo conocido; un medio que hará posible enfrentar la necesidad imperiosa de superarse, de seguir en camino e ir por más.
Lovely Rose, so happy to have met you!
Haber conocido a Rose hace más rico nuestro viaje por nuestro país: habla nuestro idioma sin haber asistido a una sola clase – lo que demuestra el poder humano de aprendizaje y superación, y lo necesario que es hablar el idioma del país que nos recibe, en especial en países o regiones donde su gente se resiste culturalmente a hablar un idioma extranjero; por lo que aprender el idioma se transforma en el único medio para la comunicación. Rose es especial: sabe reírse de sí misma y se muestra siempre distendida; algo que demuestra tan naturalmente que también da cuenta de su autenticidad y sus ganas de disfrutar del viaje sin la distracción de sus propias limitaciones – y que quien ve tan abiertamente, dignamente tratará de imitar e incorporar a su manera para su bien. Contar con la profesión como parte de esa riqueza personal que no se ve – y un elemento de viaje tan valioso para quien todo lo apostó – es lo que compartimos; un bien que anima a desafiar los límites de lo conocido; un medio que hará posible enfrentar la necesidad imperiosa de superarse, de seguir en camino e ir por más.
Lovely Rose, so happy to have met you!
Axel

Axel es de Bélgica, le encanta viajar y disfruta de Argentina con todos sus sentidos – además de haber construido una casa en Malargüe, Mendoza. Lo conocimos en Esquel, donde llegó un domingo para quedarse hasta el lunes de la semana siguiente; después iría a El Bolsón, Bariloche, Villa La Angostura y volvería a Malargüe en septiembre– no sin antes quizás pasar por Junín de los Andes. Salió de 19 de agosto e Bélgica cuando allá era verano, llegó a Argentina siendo invierno a su regreso a su país habrá comenzado el otoño: ¡todo eso en sólo 2 meses!

Cumplió 40 años este año y quiso hacer un viaje por los centros de esquí de la cordillera. Esquió toda su vida y su pasión por el esquí lo llevó a vivir en los Alpes franceses, pasando seis meses del año en los Alpes y otros seis meses en Bélgica; lo que luego de un tiempo cambió por vivir en los Alpes y así evitar el cansancio de mudarse dos veces al año. Siempre que volvía a Bélgica trabajaba con su patrón y amigo haciendo papas y carnes fritas, un negocio que continúa, que vio crecer y que le permite viajar. El ahorro que genera le rinde más en Argentina que en su país, de modo que – después de trabajar seis años en uno de los puestos de su patrón durante los fines de semana – se tomó unos meses y viajó a la cordillera con un amigo francés. En ese viaje Axel “se enamoró” de Malargüe, donde en 2008 comenzó a construir una casa natural que hoy está terminada, y en la decidió vivir en unos diez años cuando se jubile.
Su trabajo le gusta porque le permite viajar y hacer lo que realmente le gusta. Además del esquí y el viajar, a Axel le gusta la fotografía – una combinación perfecta que lo lleva a buscar en otras latitudes lo que lo hace sentir bien, lo que lo inspira a querer capturar en una sola imagen parte de toda inmensidad reinante. Argentina – al igual que Australia – le despiertan encanto por el territorio espacioso que las contiene; en Argentina dice encontrar silencio todavía.
Axel se alojó en el mismo hostel que nosotros – de hecho él ya estaba alojado cuando nosotros llegamos – y el día antes de seguir viaje a El Bolsón fuimos juntos al Parque Nacional en el auto que había alquilado en Mendoza para disponer durante su recorrido; era su último día en Esquel e iría incluso si estuviera lloviendo. Aceptamos ir, y, como todo viaje en auto que implica recorrer una cierta distancia, también implica una buena charla cargada de historias personales y reflexiones sobre la propia existencia.
Su trabajo le gusta porque le permite viajar y hacer lo que realmente le gusta. Además del esquí y el viajar, a Axel le gusta la fotografía – una combinación perfecta que lo lleva a buscar en otras latitudes lo que lo hace sentir bien, lo que lo inspira a querer capturar en una sola imagen parte de toda inmensidad reinante. Argentina – al igual que Australia – le despiertan encanto por el territorio espacioso que las contiene; en Argentina dice encontrar silencio todavía.
Axel se alojó en el mismo hostel que nosotros – de hecho él ya estaba alojado cuando nosotros llegamos – y el día antes de seguir viaje a El Bolsón fuimos juntos al Parque Nacional en el auto que había alquilado en Mendoza para disponer durante su recorrido; era su último día en Esquel e iría incluso si estuviera lloviendo. Aceptamos ir, y, como todo viaje en auto que implica recorrer una cierta distancia, también implica una buena charla cargada de historias personales y reflexiones sobre la propia existencia.
Haber conocido a Axel es habernos encontrado con la experiencia de vida que solo se reúne con los años, reunida en una sola persona. Nos contó que su primer viaje a Australia había sido promesa de su padre, lo que con los años le enseñó que no hay mejor escuela que viajar; aprendizaje que surge del intercambio con otras personas y otras maneras de vivir. Su experiencia nos dice que nuestra visión no es incorrecta y que con el tiempo habremos tomado el camino que nos guía hacia nuestra propia sabiduría: si el trabajo ocupa el tercio de la vida de una persona, entonces es vital hacer el trabajo con gusto y animarse a elegir, a sentirse bien, a andar el camino hasta encontrar lo que a uno le gusta; incluso si eso significara estar lejos de la familia. ¡Llenar los días con lo que uno quiere hacer y atreverse a cumplir los sueños será entonces el sentido que tome el camino de los que se animen!
Enorme es nuestra alegría al haber coincido en este camino, y ojalá volvamos a vernos. Iremos a conocer la casa en nuestro paso por Malargüe!
Buen camino, buena vida y hasta la próxima!
Enorme es nuestra alegría al haber coincido en este camino, y ojalá volvamos a vernos. Iremos a conocer la casa en nuestro paso por Malargüe!
Buen camino, buena vida y hasta la próxima!
Markus

Markus es austríaco y hace siete meses que viaja solo por el mundo. Lo conocimos en Esquel, en esta tercera vez que visitamos la ciudad y el Hostel Casa del Pueblo! Antes de pisar suelo argentino, en su recorrido por el mundo visitó Nueva Zelanda, las Islas Fiji y Estados Unidos. Ya en nuestro país visitó Buenos Aires – donde asistió tres semanas a clases de español – y pasaría dos semanas en Patagonia; Esquel y Puerto Madryn serían algunos de los destinos patagónicos que conociera antes de seguir viaje por América Latina. Para hacer este viaje, Markus renunció a su puesto como técnico en la compañía farmacéutica donde trabajaba; volverá a su país en dos meses y al llegar buscará un nuevo empleo que le permita seguir creciendo, no sin antes visitar más países de nuestro continente – como Bolivia y Chile.
Haber conocido a Markus es reconocernos en la búsqueda de experiencias que acumular; búsqueda que implica salir, predisponerse a conocer lugares y personas en los que descubrirse y abrirse a nuevas posibilidades. Hasta los lugares más impensados de este mundo ya fueron descubiertos por el hombre más osado y adelantado a su tiempo; hoy esos lugares esperan ser conocidos, explorados e incorporados a nuestra experiencia de vida. ¡Bendito sea por siempre el camino de los que se animen a vivir, a encontrar en destinos y personas poco conocidos un lugar desde donde mirarse!
Nice to have met you and good vibes for you, Markus!
Nice to have met you and good vibes for you, Markus!
Rodrigo y Nicolás

Nicolás
y Rodrigo son de Buenos Aires y nos conocimos en Esquel en abril de este año en
nuestra primera visita a la ciudad. Ya les contamos que Esquel se ganó un lugar
infinitamente particular en esta gira por nuestro país, y consecuentemente las
personas que conocimos en esta porción de Patagonia también. Quisimos no dejar
de dedicarles un espacio de nuestro GPS a ellos - por ser argentinos como
nosotros, por ser jóvenes deseosos de una vida mejor (de verdad) y por animarse
a buscarla en Esquel, en Patagonia, y en nuestro país.
Trabajaron juntos en una empresa informática, viviendo al ritmo que marca la gran ciudad – allá donde los días de vida conviven con la prisa en el paso, la humedad en la frente, la intolerancia en el rostro, y el deseo de vivir en un mundo mejor en algún lugar del pensamiento.
Nico y Rodri tomaron la cordillera como mapa de ruta en abril, y Esquel y el Bolsón fueron algunos de los destinos del corredor andino que visitaron juntos. Nico dejó su puesto de trabajo en la empresa en la que trabajaban hace un tiempo y desde ese momento recorrió otros lugares de nuestro país a bordo de su moto, fijando en el camino a Esquel como lugar de encuentro con Rodrigo. Su encuentro en Patagonia, y en esta ciudad recostada sobre los Andes, resultó el primer paso para que sus días no sean los mismos, tampoco sus prioridades ni sus proyectos de vida. Después de viajar un tiempo más por la zona, Nico volvió a Esquel y al Hostel Casa del Pueblo antes del invierno para recibir el frío crudo como en casa, y ocupando el tiempo en los trabajos de pintura y mantenimiento necesarios para apuntar fuerte a la temporada de esquí que comenzó en junio y se extendió hasta el último fin de semana largo de octubre.
Trabajaron juntos en una empresa informática, viviendo al ritmo que marca la gran ciudad – allá donde los días de vida conviven con la prisa en el paso, la humedad en la frente, la intolerancia en el rostro, y el deseo de vivir en un mundo mejor en algún lugar del pensamiento.
Nico y Rodri tomaron la cordillera como mapa de ruta en abril, y Esquel y el Bolsón fueron algunos de los destinos del corredor andino que visitaron juntos. Nico dejó su puesto de trabajo en la empresa en la que trabajaban hace un tiempo y desde ese momento recorrió otros lugares de nuestro país a bordo de su moto, fijando en el camino a Esquel como lugar de encuentro con Rodrigo. Su encuentro en Patagonia, y en esta ciudad recostada sobre los Andes, resultó el primer paso para que sus días no sean los mismos, tampoco sus prioridades ni sus proyectos de vida. Después de viajar un tiempo más por la zona, Nico volvió a Esquel y al Hostel Casa del Pueblo antes del invierno para recibir el frío crudo como en casa, y ocupando el tiempo en los trabajos de pintura y mantenimiento necesarios para apuntar fuerte a la temporada de esquí que comenzó en junio y se extendió hasta el último fin de semana largo de octubre.

Hoy
Nico es encargado del Hostel que lo recibió cuando pensó en la ciudad como un lugar
que en un principio simplemente abordaría como visitante. Rodri, por su parte, hace unos meses dejó su
puesto de trabajo en la ciudad, vendió el auto que manejaba, tomó lo que
necesitaría y se animó a buscar lo que verdaderamente lo llevaría a no solo a pensar
sino concretar un nuevo modo de vida – alejado del clima de la gran ciudad y en
conexión pura con la naturaleza y con sus deseos u pasiones más profundos.
Rodri y Nico mucho se parecen: les apasiona la fotografía - y en verdad Patagonia es el lugar elegido
por excelencia por apasionados de la naturaleza que buscan la experiencia de no
solo ver sino captar con su lente hasta el más mínimo detalle; también los une
el cariño por la música y el don de hacer de la música su habilidad.
Les dedicamos a ellos el GPS de este mes para demostrar que es posible plantearse un modo de vida diferente, es posible encontrar lo que hace bien de verdad; solo que para lanzarse el respaldo de haber contado con trabajo seguro da más seguridad para enfrentar lo incierto, solo que para encontrarlo de verdad hay que alejarse, porque solo así se ve con más claridad, solo así se produce la conexión verdadera y necesaria con lo interior – donde se encuentra lo que somos con lo que buscamos ser – para orientar lo que mejor sabemos hacer hacia lo que más queremos lograr.
Les dedicamos el espacio porque como argentinos disfrutan de conocer el país, porque no los detiene la imposibilidad de controlarlo todo, porque como jóvenes también apuestan a que todavía existen lugares en Argentina donde poder desarrollarse – aun lejos de las ciudades que prometen prosperidad. La prosperidad existirá donde exista un hombre con sed de libertad, con pensamiento claro, con proyección a futuro y con voluntad de trabajo que ni el viento patagónico sea capaz de quebrantar.
Les dedicamos a ellos el GPS de este mes para demostrar que es posible plantearse un modo de vida diferente, es posible encontrar lo que hace bien de verdad; solo que para lanzarse el respaldo de haber contado con trabajo seguro da más seguridad para enfrentar lo incierto, solo que para encontrarlo de verdad hay que alejarse, porque solo así se ve con más claridad, solo así se produce la conexión verdadera y necesaria con lo interior – donde se encuentra lo que somos con lo que buscamos ser – para orientar lo que mejor sabemos hacer hacia lo que más queremos lograr.
Les dedicamos el espacio porque como argentinos disfrutan de conocer el país, porque no los detiene la imposibilidad de controlarlo todo, porque como jóvenes también apuestan a que todavía existen lugares en Argentina donde poder desarrollarse – aun lejos de las ciudades que prometen prosperidad. La prosperidad existirá donde exista un hombre con sed de libertad, con pensamiento claro, con proyección a futuro y con voluntad de trabajo que ni el viento patagónico sea capaz de quebrantar.
Todo
quien no solo viaja sino emprende una forma diferente de vivir y ver las cosas
desconoce la forma que con el tiempo irá tomando el entretejido de realidades y
posibilidades entre todo lo que se hace
y se quiere, forma que ni el gurú más sabio sabrá develar ni predecir, pero que
sólo tomará saber ver a través de la trama – saber soltar algunos hilos, tener la
seguridad de no aflojar otros y tener el don de descubrir en el afuera los
hilos que se necesitan para que el entramado sea de la forma que deseamos.
Buena vida chicos, y que el entramado que comenzaron a construir siempre les
muestre el camino! Agradecemos haber
coincidido en este entretejido que es la vida misma.