TU BUENA ONDA VALE!!! NEUQUÉN
En esta sección dedicamos un espacio a los buenos gestos que recibimos de las personas que encontramos a nuestro paso. Recorrer nuestro país no significa sólo andar sus ciudades y conocer sus encantos, sino llegar a la gente que nos da la bienvenida y nos hace sentir como en familia. Avanzar en nuestro camino nos convence de que nuestra Argentina aún alberga buenas personas, ¡y muchas de ellas ya forman parte de esta travesía! ¡Gracias infinitas a todos, es por alguna razón que coincidimos en un encuentro para seguir en camino!
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¿Qué es la "Buena Onda"? La "Buena Onda" la consideramos similar a un intercambio, un trueque.
No nos interesa el dinero, creemos en las buenas intenciones y voluntad de las personas, por eso llegamos a donde llegamos, por eso llegamos a las personas que llegamos. Gracias a ellos logramos trasladarnos, alimentarnos, acceder a lugares, degustar productos, conocer destinos, tomar excursiones, aprender de sus anécdotas. Mientras que por nuestro lado, damos a conocer éstas pequeñas acciones que los hacen grandes, mostramos y recomendamos sus enseñanzas y fomentamos un contacto más intuitivo y humano con sus ejemplos al momento de viajar. |
Neuquén
Marcelo y Cristina - San Martín de los Andes

Agredecemos a Marcelo y Cristina el paseo que compartimos juntos en su auto hacia el paraje Yuco, en el Parque Nacional Lanín. La lluvia otoñal en estas latitudes de la Argentina hizo que dediquemos dos días consecutivos al mismo recorrido. Si hay algo que caracteriza nuestro andar en este viaje es la insistencia y la firmeza de no dejar de conocer lo que está a nuestro alcance, y fue la lluvia la causa por la que tuvimos que retomar el camino de vuelta a la ciudad antes de tiempo en el primer intento; por lo que decidimos volver al otro día por lo que nos había quedado pendiente. Vimos a Marcelo y Cristina al comienzo de la senda, y también en La Islita, el lugar que nos quedaba conocer, donde nos paramos a conversar y donde nos invitaron a llevarnos de vuelta, pero quisimos tomarnos el tiempo para caminar y tomar unas fotos. Nos volvimos a encontrar donde tenían estacionado su auto, de modo que aceptamos volver con ellos a San Martín de los Andes, no sin antes pasar por el mirador ya que ellos no habían pasado todavía. Fuimos al mirador, tomamos unas fotos y volvimos, pero no tomamos la ruta que llevaría a la ciudad, sino que siendo temprano por la tarde primero tomaríamos otro camino, que llevaría a un lugar que ellos ya conocían por otros viajes que ya habían hecho a la ciudad. En el camino pasamos por otros miradores y hablamos sobre nuestro viaje y nuestra Iniciativa, también sobre sus hijos, sus viajes por Argentina y otros lugares del mundo, y sobre el concepto del trabajo en la vida de las personas. Fue un viaje no tan corto después del que llegamos al Area Yuco, donde se llega a senderos para conocer diferentes playas del Lago Lácar en el PN Lanín. Un paseo increíble que en ningún momento imaginamos que haríamos en la segunda vuelta al mismo recorrido, que en definitiva no fue el mismo. Gracias Marcelo y Cristina por habernos permitido conocer lo que la distancia aleja del alcance de nuestros pies peregrinos, por haber compartido un lindo recorrido con nosotros y por ser parte de nuestra experiencia de viaje.
¡GRACIAS MARCELO Y CRISTINA POR SU BUENA ONDA!
¡GRACIAS MARCELO Y CRISTINA POR SU BUENA ONDA!
Juan y Julieta. San Martín de Los Andes

Agradecemos a Juan y Julieta el habernos llevado en su auto al centro de esquí Chapelco. Ellos son de Córdoba capital y habían llegado a San Martín de los Andes la noche anterior. Querían conocer la ciudad y tomaron el camino que lleva al cerro Chapelco para ver la ciudad desde el mirador Arrayanes, uno de los miradores de la ciudad. Les comentamos que nuestra intención era conocer el cerro; en esos días la temporada de esquí todavía no había comenzado pero no queríamos irnos de San Martín sin haber estado en el lugar. Ellos sólo buscaban el mirador, pero dijeron que nos llevarían al cerro así ellos también podrían conocerlo. Llegamos a la base del cerro, tomamos unas fotos y nos despedimos. Después de un rato Juan y Julieta emprendieron camino de vuelta a la ciudad; nosotros quisimos quedarnos para recorrer el lugar y caminar. Volvimos a San Martín de los Andes pasadas algunas horas gracias a Marcos, un hombre que pertenece a una de las comunidades mapuches, que también iba a la ciudad. Gracias Juan, Julieta y Marcos por habernos ayudado a alcanzar los lugares a los que nos propusimos llegar, gracias por seguir demostrando que Argentina es un país con Buena Onda; parte de esa buena onda es la que recibimos de quienes encontramos en nuestro viaje.
¡GRACIAS JUAN Y JULIETA POR SU BUENA ONDA!
¡GRACIAS JUAN Y JULIETA POR SU BUENA ONDA!
Santiago, Ladera Norte Hostel. San Martín de los Andes

Ladera Norte fue el último lugar donde nos alojamos en San Martín de los Andes. Santiago se interesó por nuestro viaje, nuestra Iniciativa y en lo que hicimos hasta ahora. Durante los días que estuvimos en el hostel Santiago nos habló sobre la ciudad, los diferentes emprendimientos turísticos y las personas de su entorno que sería interesante conocer al seguir el viaje. Alojados en el hostel tomamos conocimiento del Taller Productivo Amulén de Junín de los Andes, ciudad que sería nuestra próxima escala en este viaje por nuestra Argentina. En Ladera Norte no sólo se clasifican los residuos sino que cada tipo tiene un destino adecuado pensado: los residuos orgánicos van al compostaje domiciliario y los residuos inorgánicos se llevan de manera particular al Taller Amulén para su posterior reciclaje y comercialización. Santiago vio en nuestro viaje una forma valedera no sólo de conocer de cerca las localidades por las que pasamos, sino de saber sobre la gente que las habita. Estuvimos muy cómodos en Ladera Norte, un lugar espacioso pensado para que cada uno encuentre su lugar, y nosotros supimos encontrar el nuestro. Agradecemos sinceramente a Santiago el descuento que nos hizo en nuestra estadía. No podemos dejar de contar que el descuento que recibimos en Ladera Norte fue el más importante que hemos recibido al momento en que estamos escribiendo. Gracias también a Santiago por el champagne que le regaló a Cris por su cumpleaños; bridamos con él por la noche antes de que el día llegara a su fin. Y seguimos agradeciendo a Santiago, esta vez por habernos llevado a la terminal de ómnibus el día que dejamos San Martín de los Andes para emprender rumbo a Junín de los Andes. Vaya, con el paso de las semanas podemos asegurar que estas dos localidades cercanas se parecen sólo por el nombre y por el bellísimo entorno natural que comparten; verdaderamente dos destinos diferentes que merecen que el visitante se tome el tiempo para conocer; no sólo sus encantos, sino también su gente.
Gracias Santiago por tu interés en lo que nos proponemos, y ¡gracias por seguir en contacto!
¡GRACIAS SANTIAGO POR TU BUENA ONDA!
Gracias Santiago por tu interés en lo que nos proponemos, y ¡gracias por seguir en contacto!
¡GRACIAS SANTIAGO POR TU BUENA ONDA!
Valeria - Lago Lolog

Estábamos implementando la metodología del “dedo” como medio de transporte, ya que el día anterior habíamos ido y vuelto al complejo Chapelco que está a unos cuantos kilómetros de la ciudad de San Martín de los Andes, y hoy lo haríamos hacia el lago LoLog.
De querer visitar la planta de tratamientos de residuos de San Martín toda la mañana (el colectivero se paso tanto de ida como de vuelta), decidimos echarnos una escapadita para el lago LoLog ya que lo teníamos pendiente. Primero nos arrimaron un padre con su hijo unos kilómetros arriba y desde la charla con ellos nos recomendaron visitar ,antes del lago, la reserva Laguna Rosales, que pertenece al Parque Nacional Lanín (y fuimos nomas… un hermoso lugar que pensamos comentar apenas podamos).
Luego retomando la ruta, ya que habremos estados unas 2 horitas caminando, nuestro pequeño pulgar hizo parte de su magia y la otra parte la aporto Valeria, que muy gentilmente no solo nos llevo hasta el lago sino que primero nos acerco a conocer su casa (nota al margen: ubicada al pie del cerro con una vista privilegiada del cerro Chapelco nevado), la cual estaban construyendo desde la permacultura.
Nos mostro totalmente la casa, nos conto de sus actividades (es artista visual, y no fue casualidad de haber visto en Bariloche una de sus obras) y nos recomendó ir bordeando el río hasta llegar al lago, así que haciéndole caso a todo seguimos viaje para el hermoso lago LoLog.
Muchas gracias por tu ¡BUENA ONDA! VALERIA y desde acá te deseamos lo mejor… seguiremos en contacto.
De querer visitar la planta de tratamientos de residuos de San Martín toda la mañana (el colectivero se paso tanto de ida como de vuelta), decidimos echarnos una escapadita para el lago LoLog ya que lo teníamos pendiente. Primero nos arrimaron un padre con su hijo unos kilómetros arriba y desde la charla con ellos nos recomendaron visitar ,antes del lago, la reserva Laguna Rosales, que pertenece al Parque Nacional Lanín (y fuimos nomas… un hermoso lugar que pensamos comentar apenas podamos).
Luego retomando la ruta, ya que habremos estados unas 2 horitas caminando, nuestro pequeño pulgar hizo parte de su magia y la otra parte la aporto Valeria, que muy gentilmente no solo nos llevo hasta el lago sino que primero nos acerco a conocer su casa (nota al margen: ubicada al pie del cerro con una vista privilegiada del cerro Chapelco nevado), la cual estaban construyendo desde la permacultura.
Nos mostro totalmente la casa, nos conto de sus actividades (es artista visual, y no fue casualidad de haber visto en Bariloche una de sus obras) y nos recomendó ir bordeando el río hasta llegar al lago, así que haciéndole caso a todo seguimos viaje para el hermoso lago LoLog.
Muchas gracias por tu ¡BUENA ONDA! VALERIA y desde acá te deseamos lo mejor… seguiremos en contacto.
Padre Andrés - Junín de los Andes (Polonia)
Llegamos a Junín de los Andes en época de temporada baja, así que sumado a que no contamos con movilidad propia y la nula frecuencia de colectivos hacia adonde queríamos ir, preguntando se nos abrió una luz de esperanza para conocer el “cultrún” (instrumento ceremonial de percusión usado por el pueblo mapuche) en el paraje de San Ignacio en donde descansan los restos de Ceferino Namuncurá.
Fuimos para la Iglesia a hablar con el padre Honorio, pero al no encontrarse éste, nos recibió con la mejor predisposición el padre Andrés (un polaco muy servicial y con un muy buen castellano, pero de un delatante acento). |
El padre Andrés nos llevó a la comunidad de San Ignacio en la camioneta para celebrar misa en la “iglesia-cultrún”, nos conto la historia de Ceferino Namuncurá (que ya desde Tierra del Fuego veníamos viendo) y todo lo que rodea a esta figura… pero bueno esa es otra historia.
No solo que compartimos una misa “diferente” con los pobladores que se acercaron a tan remoto paraje, sino que subimos el cerrito en donde se halla una gran cruz, donde se celebraban las misas anteriormente a la construcción del cultrún. Desde arriba se tiene una hermosa vista del volcán Lanin y de todas las ramificaciones de caminos rurales. |
A la vuelta nos regalo un recorrido por los miradores de “la rinconada” (foto) y del paraje de cóndores (con unos cuantos dando vueltas bien arriba), y pasamos en la intersección de las rutas donde se encuentra una virgen y según nos contaba la gente suele peregrinar para determinadas fechas desde la localidad de Junín de los Andes.
Super agradecidos ambos por el traslado, la guía histórica y por toda la “BUENA ONDA” que nos ha dado el PADRE ANDRÉS.
Super agradecidos ambos por el traslado, la guía histórica y por toda la “BUENA ONDA” que nos ha dado el PADRE ANDRÉS.
Soledad - Junín de los Andes

Se nos estaba haciendo muy difícil poder ir a conocer ese pedacito de naturaleza que tantas empresas de excursiones, colectivos y guías turísticas eluden visitar, pero apareció “ella” jaa. Una médica en búsqueda de un lugar para vivir y desarrollar su carrera en conjunto con su pareja (también médico, que dupla!!)
Estando en el mismo hostel que nosotros, Soledad ofreció llevarnos a dar un paseíto por la zona del “escorial” en Junín de los Andes (debajo del lago Huechulalquén). El camino recorre a los lagos Curruhué Chico y Grande, la laguna Verde, otras lagunas que deberán ir para conocerlas y el escorial de lava del volcán.
El camino de estos lugares contiene muchos atractivos que aún no les contamos pero pensamos hacerlo pronto. Si bien avanzamos mucho no llegamos al final de todo (lo mejor, pero eso también es lo mejor… así volvemos para conocerlo), ya que el camino al estar bien cerrado suele congelar las lagunas y las huellas que nos guían hasta su terminación… en las termas de Lahuen Co.
Te agradecemos de corazón Sole por la “BUENA ONDA”, por llevarnos y por contarnos de tus viajes, no va a faltar oportunidad para volvernos a encontrar.
Estando en el mismo hostel que nosotros, Soledad ofreció llevarnos a dar un paseíto por la zona del “escorial” en Junín de los Andes (debajo del lago Huechulalquén). El camino recorre a los lagos Curruhué Chico y Grande, la laguna Verde, otras lagunas que deberán ir para conocerlas y el escorial de lava del volcán.
El camino de estos lugares contiene muchos atractivos que aún no les contamos pero pensamos hacerlo pronto. Si bien avanzamos mucho no llegamos al final de todo (lo mejor, pero eso también es lo mejor… así volvemos para conocerlo), ya que el camino al estar bien cerrado suele congelar las lagunas y las huellas que nos guían hasta su terminación… en las termas de Lahuen Co.
Te agradecemos de corazón Sole por la “BUENA ONDA”, por llevarnos y por contarnos de tus viajes, no va a faltar oportunidad para volvernos a encontrar.
El Reencuentro Hostel. Junín de los Andes

Agradecemos a Álvaro y a los dueños de El Reencuentro Hostel el descuento que hicieron en nuestra estadía. Recibimos la “buena onda” de una noche gratis. Nos alojamos en el hostel después de unos días de haber llegado a la localidad. El clima, la llegada del invierno en Patagonia y las frecuencias reducidas del transporte por la temporada del año en la que llegamos extendieron nuestra estadía al no poder tener acceso a los atractivos naturales cercanos. Agradecemos a Álvaro también el haberse interesado en nuestro viaje, en el trabajo que llevamos en Iniciativa Imagine y en lo que nos proponemos hacer. Intercambiamos experiencias, recibimos información sobre los atractivos naturales imperdibles en la localidad, pero difíciles de acceder para viajeros como nosotros que no cuentan con movilidad propia. Álvaro nos aconsejó sobre qué lugares que estuvieran a nuestro alcance no deberíamos dejar de conocer. También nos mostró el área donde depositan los residuos orgánicos que separan en el hostel y la casa de los dueños de El Reencuetro Hostel, construida con adobe y botellas de vidrio, justo al lado del hostel. El parrilero construido con cemento y botellas de vidrio es genial. En el hostel cocinamos, compartimos y pasamos una buena estadía. Hasta hicimos galletas con cebada malteada que los dueños habían usado para elaborar cerveza artesanal.
¡GRACIAS ALVARO, GRACIAS EL REENCUENTRO HOSTEL POR SU BUENA ONDA!
¡GRACIAS ALVARO, GRACIAS EL REENCUENTRO HOSTEL POR SU BUENA ONDA!
El Reencuentro Hostel

Y volvimos a El Reencuentro Hostel, volvimos para hacerle honor a la frase que le da su nombre, volvimos al reencuentro con gente amiga y más “buena onda”. Volvimos al hostel en la segunda semana de vacaciones de invierno; volveríamos al Hogar Ceferino Namumcurá una vez retomadas las clases. Volvimos a El Reencuentro para no irnos tan lejos, aprovechar la propuesta cultural de Junín de los Andes y seguir compartiendo con la gente del camino. Y volvemos a agradecer, porque eso es lo que nos proponemos en este espacio dedicado a la “buena onda” encontramos, y reencontramos. Agradecemos a Álvaro la caminata al cerro de la antena, un lugar desde el que en días despejados ¡se tiene una hermosa vista del Volcán Lanín; desde allí también se puede ver la cordillera de los Andes, el Cerro Chapelco y el cerro Santa Julia! Concretamos la caminata en un día inmejorable de sol con solo estimar el horario de salida la noche anterior. Es un camino frecuentado por quienes lo descubren andando y conociendo en cuanto eligen Junín de los Andes para vivir, o por quienes disfrutan de hacer ejercicio lejos del poco agitado tráfico de la localidad o de los contados transeúntes que se adueñan de las calles en determinadas horas del día. Pasamos un día genial, que cerramos con unas ricas cervezas a la noche.
Y volvemos a agradecer a Álvaro… le agradecemos nuevamente el gran descuento en nuestra estadía. Los reencuentros son especiales y muy diferentes a los primeros encuentros; el nuestro se nutrió de nuevas personas, experiencias compartidas y charlas que, guiadas por el reencuentro mismo, tomaron forma de historias personales. Esperamos reencontrarnos con Álvaro mientras sigamos en Junín de los Andes para seguir compartiendo, también esperamos concretar la comida a las leñas que dejamos pendiente para el día en que el fuego del hogar a leñas nos reúna en un nuevo reencuentro.
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Gracias Álvaro por seguir siendo parte de nuestro viaje y de nuestro presente en Junín de los Andes.
¡GRACIAS ÁLVARO POR TU BUENA ONDA!
¡GRACIAS ÁLVARO POR TU BUENA ONDA!
Patricio - Junín de los Andes ("el Escorial")

Intentamos por todos lados: con Soledad que nos acerco entre el Currhue Chico y el Currhue Grande, en bicicleta en contra del viento de la cordillera (solo hicimos 21 km hasta el cruce con el camino a Lolog) y no podíamos conocer el famoso “Escorial”. Sabiendo que las excursiones no llegan, los colectivos menos, se nos acababan las chances de visitar ese hermoso atractivo natural que nos brinda el Parque Nacional Lanín.
Pero (en este caso el “pero” es bueno) apareció Patricio. Lo conocimos a través de la Escuela de Montaña Miguel Negrete y ¡cómo será de chica la Argentina! Que resultó ser el hermano de María José (la guía del Vía Christi).
Patricio no solo nos dio la oportunidad de conocer “el Escorial”, sino que también paramos en lo de su amigo Marcelo (en una cabaña ubicada en todo un paraíso), recorrimos gran parte de la zona, nos prestó calzado(después de 7 meses de caminatas y una llevada al zapatero en Bariloche, las zapatillas de Noelia no dan más… se aceptan donaciones), linternas y ropa. Nos ayudo a cruzar el “puente” (un tronco tumbado con una soga jaa) y fue nuestro guía nocturno por cuidado de los chanchos (jabalíes) y los toros salvajes (según el baqueano Rodolfo) estando totalmente engripado.
Con el grupo formado la pasamos super bien, con Sebastián le dimos 8 hs de caminata hacia el volcán Achen Ñiyeu (nos falto tiempo para subirlo, porque debíamos estar al mediodía de vuelta sino… PUM para arriba).
Lo documentado estará en una futura Guía de Turismo Sustentable de la Argentina y no faltará otra oportunidad para conocer las termas naturales, las cuales no pudimos llegar por los árboles caídos en un tormenta.
¡GRACIAS PATRICIO POR TU “BUENA ONDA”!
Pero (en este caso el “pero” es bueno) apareció Patricio. Lo conocimos a través de la Escuela de Montaña Miguel Negrete y ¡cómo será de chica la Argentina! Que resultó ser el hermano de María José (la guía del Vía Christi).
Patricio no solo nos dio la oportunidad de conocer “el Escorial”, sino que también paramos en lo de su amigo Marcelo (en una cabaña ubicada en todo un paraíso), recorrimos gran parte de la zona, nos prestó calzado(después de 7 meses de caminatas y una llevada al zapatero en Bariloche, las zapatillas de Noelia no dan más… se aceptan donaciones), linternas y ropa. Nos ayudo a cruzar el “puente” (un tronco tumbado con una soga jaa) y fue nuestro guía nocturno por cuidado de los chanchos (jabalíes) y los toros salvajes (según el baqueano Rodolfo) estando totalmente engripado.
Con el grupo formado la pasamos super bien, con Sebastián le dimos 8 hs de caminata hacia el volcán Achen Ñiyeu (nos falto tiempo para subirlo, porque debíamos estar al mediodía de vuelta sino… PUM para arriba).
Lo documentado estará en una futura Guía de Turismo Sustentable de la Argentina y no faltará otra oportunidad para conocer las termas naturales, las cuales no pudimos llegar por los árboles caídos en un tormenta.
¡GRACIAS PATRICIO POR TU “BUENA ONDA”!
Carlos Viveros - Junín de los Andes

Carlos Viveros es celador en el Hogar Ceferino Namuncurá y también Concejal en Junín de los Andes. Fue quien nos recibió en el Hogar el día que llegamos, después de varias charlas con el encargado, en las que le planteamos nuestra necesidad de detener el viaje para ahorrar y documentar los atractivos que más queríamos conocer antes de seguir viaje. Agradecemos a Carlos su interés en nuestro viaje, nuestra idea y lo que nos planteamos. Nos invitó a participar una de las sesiones del Concejo y nos ofreció un espacio para dar a conocer la iniciativa y nuestras visiones sobre la localidad. Muchas fueron las noches en las que compartimos simplemente un té y charlas sobre el Hogar, sobre proyectos, historia de vida. Carlos es un hombre solitario y muy ocupado; sus dos teléfonos no sólo ocupan espacio en los bolsillos de su ropa, los mensajes y llamadas que recibe también absorben gran parte de su tiempo. Sin embargo, disfrutamos muchísimo del tiempo que compartimos con él, tanto en el Hogar como en otros espacios.

También nos invitó a cenar una noche de sábado, comimos riquísimo en Sigmund restaurant, un lugar que frecuentamos en Junín de los Andes, y al que él ya no va sino que llama para comer rico pero en la comodidad de su casa. Pasamos una linda noche en buena compañía, algo tan preciado cuando se está de viaje. Un viernes, al volver juntos de llevar a algunos de los chicos a sus casas en las comunidades mapuches, nosotros fuimos quienes le invitamos una cena; cocinamos unas ricas empanadas que acompañamos con una cerveza y unas almendras que compró después de que le dijimos lo difícil que es encontrar maníes en Junín de los Andes, algo que nos encanta comer y siempre que íbamos a la verdulería cercana no tenían. Agradecemos a Carlos su confianza y sus ganas de tenernos cerca. Asumimos el compromiso de pasar a saludar antes de seguir, después de todo, por un tiempo, no vamos a estar tan lejos. ¡Gracias Carlos por tu compañía y tus ganas de volver a encontrarnos… así será!
¡GRACIAS CARLOS POR TU BUENA ONDA!
¡GRACIAS CARLOS POR TU BUENA ONDA!
Hogar Ceferino Namuncurá - Junín de los Andes

Llegamos a Junín de los Andes luego de pasar por otras localidades cordilleranas, en las que desde mayo la lluvia de otoño extendió nuestra estadía más de lo previsto y haciendo difícil nuestro acceso a algunos atractivos naturales para conocer y documentar. Ya en Villa La Angostura consideramos la posibilidad de detener el viaje por el invierno, sin saber bien cómo ni dónde. Avanzamos de destino y llegamos a San Martin de los Andes, donde la lluvia de otoño no cesó y también extendió nuestra estadía. Nuestro próximo destino sería Junín de los Andes, al que llegamos ya comenzado junio. Junín de los Andes, localidad número treinta en este viaje por nuestra Argentina; destino que conquista a las personas de fe, que se convirtió para nosotros en un lugar cálido donde pasar nuestros días de invierno. Ya en el nuevo destino, la lluvia de otoño una vez más se encargó de cambiar a su antojo nuestros planes, y la última vez que lo hizo se llevó nuestras intenciones de conocer el Volcán Lanín. Habíamos planeado tomar el colectivo que saldría de Junín de los Andes a Chile muy temprano por la mañana, en otoño todavía de noche, que pasaría por el PN Lanín y nos dejaría en el Área Tromen; tendríamos apenas unas horas para recorrer el área para luego tomar el mismo colectivo de vuelta a Junín. Por ese momento sólo conservamos la fuerza de querer conocer todo lo que había por descubrir en un lugar en el que sólo llevábamos pocas semanas. Así es que decidimos que Junín de los Andes podía ser el lugar donde poder pasar el invierno para ahorrar y compensar nuestros gastos extra por la extensión de nuestra estadía – de la que no nos arrepentimos por nada de este mundo, pero que nos obligaba a considerar cómo seguir – y por otro lado no irnos tan lejos de los encantos y la riqueza de la que tan poco se habla y que tanto queríamos conocer. Y así es que antes de seguir viaje quisimos agotar las posibilidades que habría en Junín de los Andes, esa necesidad nos acercaría a más personas y haría más fuerte nuestra pertenencia con el lugar, que en primera instancia vimos con ojos de visitantes, que viajan con conciencia, pero visitantes al fin. Fuimos a muchos lugares en busca de lo que sabíamos encontraríamos, pero desconocíamos la forma en que presentaría; y entre todas las puertas que golpeamos, la de la parroquia no fue la excepción. Allí nos atendió una mujer que se sorprendió al ver a dos jóvenes buscando un lugar donde alojarse “sin pagar”: no comprendió que el dinero en este caso no fuera el intercambio por lo que buscábamos; que nuestra visión, de que el dinero no es la única moneda de cambio en las relaciones interpersonales, nos impulsaría a ofrecer nuestra voluntad y lo que mejor sabemos hacer como contrapartida. De todas maneras, nos dio el número de teléfono de Ramón, el encargado del Hogar, para ver qué podíamos hacer; teníamos el número pero le preguntamos cómo llegar y preferimos ir personalmente. Ramón estaba y nos atendió; le comentamos sobre el viaje, la idea que llevamos y nuestra necesidad de pasar el invierno en la localidad, de conocer más a fondo sus cercanías y ahorrar por un tiempo para poder seguir. Nos atendió de maravillas y quiso dejar en claro nuestras necesidades e intenciones; es que no acostumbran a alojar a personas como nosotros por tanto tiempo, y debía consultarlo; de modo que volvimos al día siguiente para recibir una respuesta.
Hoy, en la distancia en tiempo y lugar desde la que escribimos, vemos que la fe también acompañó nuestro camino, como acompañó a los salesianos que fortalecieron esta localidad desde las piedras de sus convicciones, como aún acompaña a los fieles que se congregan año a año para alivianar el peso de su propia existencia.
Finalmente, pudimos quedarnos en el Hogar Ceferino Namuncurá por tres semanas, hasta el comienzo de la segunda semana de vacaciones – que es cuando habría un encuentro de hermanas salesianas en el Hogar y tendríamos que desocupar el lugar. Durante las tres semanas de nuestra estadía preparamos a los chicos de secundario que rendirían examen de inglés en julio – que lograron pasar con buenísimos resultados, los ayudamos en tareas y trabajos en las materias que necesitaran y también ayudamos a pintar unos pisos de madera que los celadores aprovecharon a pintar durante la primera semana de vacaciones. Para nuestro contento y sorpresa, nos aseguraron que, luego de esa semana del encuentro, podíamos volver y quedarnos el tiempo que necesitáramos - ya sabíamos y les habíamos hecho saber que agosto sería el mes del invierno en que el frío ya no veríamos tan crudo y nos permitiría seguir viaje. Así es que considerar la posibilidad de pasar el invierno en algún lugar, nos arrojó la certeza de pasar 3 semanas donde sabíamos que estaríamos bien… ¡haciendo que esas 3 semanas se transformen en cerca de 3 meses de estadía! El tiempo transcurrido afirma que no sólo visitamos Junín de los Andes, sino que vivimos allí.

Vivir en la localidad nos permitió ver todo de manera más cercana y más comprometida aún. En el Hogar, seguimos asistiendo a los chicos de secundario en horario de estudio - ¡las clases de inglés también se trasladaron a la cocina!; una de las cocineras necesitaba practicar su inglés para mejorar su rendimiento en la escuela de adultos, de modo que también destinamos tiempo para ella. También seguimos colaborando en tareas compartidas en la cocina y participamos de algún rezo de las “buenas noches”. A las experiencias acumuladas en el Hogar, se sumaron del grupo de salesianos taiwaneses que visitaron Argentina después de su paso por la Jornada Mundial de la Juventud en Río, también los viajes de algunos viernes en los que acompañamos a Carlos o Ramón a llevar a los chicos las comunidades mapuches. No quisimos irnos del Hogar sin dejar nuestro mensaje, por lo que también nos ocupamos de los residuos generados y cómo mejorar la separación y la recuperación de residuos inorgánicos.
En la localidad, los tres meses intensos que vivimos nos permitieron conocer más personas, participar de festejos patrios y eventos culturales - como el Traum kezau Mapuche en julio, ofrecer nuestro trabajo voluntario en el Taller Productivo Amulén y conocer - o visitar más de una vez - los atractivos que más nos impulsaron a elegir a Junín de los Andes como un destino por el que no podíamos sólo pasar.
En la localidad, los tres meses intensos que vivimos nos permitieron conocer más personas, participar de festejos patrios y eventos culturales - como el Traum kezau Mapuche en julio, ofrecer nuestro trabajo voluntario en el Taller Productivo Amulén y conocer - o visitar más de una vez - los atractivos que más nos impulsaron a elegir a Junín de los Andes como un destino por el que no podíamos sólo pasar.

Estaremos infinitamente agradecidos por haber encontrado en el Hogar Ceferino Namumcurá un verdadero hogar, un refugio para nuestras ideas, en que los días de invierno se transformaron en lo más cálido. Viajar es una lección de vida; el mayor aprendizaje es que no necesitamos mucho para vivir de verdad: un lugar que nos cobije para descansar, buena comida que alimente nuestros sistemas vitales, algunas prendas que abriguen y protejan nuestro cuerpo, una ducha que nos libere de la tierra y el sudor del camino, ideas que movilicen nuestro poder de superación y personas que naturalmente enriquezcan nuestra experiencia de vida. Nada es más sencillo, más esencial que eso; lo demás está de más, tan de más que termina por alejarnos de lo esencial. Gracias a Ramón, gracias a Carlos, gracias a Willi, Ariel, Elcirio y José, y los 32 chicos del Hogar por asegurarnos un lugar donde encontramos lo esencial para vivir. Gracias Ramón por confiar en nosotros, gracias Carlos por ver en nosotros la paz que el mundo de hoy necesita; jamás olvidaremos tus palabras!
¡GRACIAS, GRACIAS A L HOGAR CEFERINO NAMUNCURÁ POR SU BUENA ONDA!
BUENA ONDA ESPECIAL: "IDEAME" |
BUENA ONDA ESPECIAL: "ROSARIO" |